jueves, 5 de septiembre de 2013

El poder del amor, el respeto y los buenos propósitos

El hombre por naturaleza tiene una necesidad constante de poder, para reafirmarse como un ser capaz de lograr grandes cosas. Sin embargo, la mayoría de las personas tienen una versión un tanto sesgada y desvirtuada de lo que es el poder. Muchos se dejan manipular por quienes cuentan con un carácter más fuerte que el suyo, a consecuencia de una baja autoestima; son aquellos que no tienen metas propias y buscan todo el tiempo adherirse a alguien que les dé un sentido.

Por el otro lado del camino, hay quienes toman el poder para subyugar a los más débiles en aras de sus intereses personales, seduciéndolos de tal manera que logran convencerlos a base de promesas y logrando que adopten su objetivo como propio. Un gran ejemplo de esto es Adolph Hitler, quien consiguió convencer a toda una nación de que sus objetivos eran válidos, sin importar los medios para lograrlos. Desgraciadamente este tipo de “líderes” siempre están y estarán presentes en la historia, así que no todos los que se imponen a otros son buenos líderes.

El poder entendido ecológicamente (cuando es bueno para todos) está lleno de amor, respeto y buenos propósitos. Es cuando alguien está consciente de todo lo que puede lograr a través del amor. Este tipo de poder se ejerce en aras del bien común. Es el poder que construye, que crea. Algunos ejemplos de buenos líderes son Gandhi, Martin Luther King, Jesús, Mahoma, Teresa de Calcuta, por mencionar algunos. Todos ellos dieron hasta su vida por un bien común: su poder residía en el amor al prójimo. Este tipo de líderes son valientes, de convicciones firmes y con una fe enorme, capaz de mover montañas.

Actualmente hay infinidad de buenos líderes como los que fundan sociedades de apoyo a los que menos tienen, empresarios honestos que ofrecen fuentes de trabajo, buenos padres de familia, misioneros, etc. Cada uno de nosotros puede ser una persona de bien y, por lo tanto, ejercitar nuestro poder en bien de los nuestros y de los que nos rodean en la cotidianidad. La zona de influencia puede ser pequeña en un principio e ir ampliándose cada día.

Un buen líder usa todos sus potenciales para ser feliz, realizarse e invitar a otros a que lo sigan. Se preocupa, se ocupa actuando y resuelve. Es alguien que se ama y ama a los demás, es alguien contagioso y necesario para que la sociedad camine en aras del bien. Son constructores del bien y su mayor premio es la satisfacción propia de lo que van construyendo a través de su vida.

El poder principal que debe ejercerse es el propio. Poder para vencer los obstáculos, enfermedades, problemas que surgen en el exterior. Usted debe saber que puede lograr todo lo que quiera, manteniendo una actitud coherente. Usted no es un títere de lo que sucede a su alrededor, tiene libre albedrío y con esto, el poder y la capacidad de decidir por sí mismo. Al ser consciente del poder interior que posee, podrá identificar fácilmente a otras personas que tengan este mismo concepto del poder, enseñar a sus hijos y a los que le rodean que el poder está dentro de ellos, y lo único que puede detenerlos son sus creencias limitantes, es decir, el temor, el miedo y las zonas de confort.

Esta conciencia del poder es la que debe dar sentido a la vida de las personas, permitiéndoles el saber de lo que son capaces en pro del bien común. Hoy lo invito a que sea este tipo de persona y no la que anda en busca de alguien que le diga qué hacer o dejar de hacer. La PNL sostiene que todos tenemos los recursos (el poder) que necesitamos a cada momento. Sólo es necesario tenerlo presente y utilizarlos en aras de construir sociedad.

No escatime esfuerzos en hacerlo… Seguramente esto redundará en satisfacción y éxito para usted y quienes le rodean.

Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

JaManza