“La ira, si no es
refrenada, es frecuentemente más dañina para nosotros que la injuria que la
provoca”.
Séneca
Uno de estos días me di
a la tarea de observar detenidamente a las personas que me encontraba camino a
un seminario. Para mi sorpresa, detecté que muchas de ellas iban presas del mal
genio, del afán, de la intolerancia, de sentimientos negativos. Todos nos enojamos en diferentes momentos y
puede ser por algo que nos hicieron, que no nos hicieron, o por algo que hicimos
o dejamos de hacer.
El sentir enojo o ira es
normal, pero la respuesta que usted le da a este sentimiento es lo que marca la
diferencia. El gran problema radica en que si cada vez que se enoja se deja llevar en
automático por este sentimiento y no es capaz de ver más allá de la situación, le
estará dando el poder al hecho que detonó ese estado.
Muy a menudo, el enojo
se acompaña de pensamientos de venganza y rencor. Esto le puede llevar a
humillar, criticar, juzgar peyorativamente, ofender, fastidiar y hasta a odiar
a otra persona, sintiéndose culpable por ello o haciéndose cada vez más incapaz
de convivir.
En el ámbito de la
salud, el enojo, al igual que cualquier otro sentimiento negativo, repercute
desfavorablemente en su bienestar físico ya que la química del organismo pierde
el equilibrio y el cuerpo empieza a segregar sustancias para recuperarlo. Estas
descargas, si se hacen muy frecuentes, deterioran el sistema inmunológico entre
otras cosas, por lo que somos presas fáciles de enfermedades tales como
gastritis, dermatitis, colitis o síntomas desagradables como dolor de cabeza
que puede convertirse en migraña.
La cuestión es ¿Qué
puede hacer usted contra el enojo? Pregúntese: ¿Para qué me sirve el enojo en
estos momentos? ¿Qué me estoy diciendo con esto? ¿Es bueno para mí y para mi
entorno? ¿Qué consecuencias puede tener si no lo manejo?
Recuerde que usted tiene
poder total y absoluto sobre sus sentimientos. Una de las técnicas más eficaces
para poder manejarlos es la respiración profunda, acompañada de la pregunta ¿Para
qué? Otro recurso es el manejo del lenguaje asertivo: “Me siento enojado, pero puedo
manejarlo” y esto impedirá que la tensión se acumule dentro de usted.
También es recomendable
exteriorizar positivamente el sentimiento, pidiendo a los que se encuentran a
su alrededor que le den unos minutos para calmarse y recuperar su armonía. Esta
comunicación es muy importante.
El Dalai Lama dijo
alguna vez que el éxito y el fracaso
dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar
apropiadamente bajo la influencia de la ira. Piense en los resultados que
obtendrá antes de tener una mala reacción por ser preso de la ira; verá que
esto le ayudará a controlarse y a generar valor a usted mismo y a su entorno.
Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a
misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a
la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos
con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.
JaManza

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